El correcto cuidado de tu nuevo tatuaje determinará una adecuada cicatrización. No olvidemos que un tatuaje no deja de ser una herida abierta y por ende, se debe cuidar un tatuaje necesita una gran atención.
La aparición de una infección es muy posible, y las consecuencias son muy peligrosas, además de incómodas y dolorosas.
Recuerda que el éxito del tatuaje depende tanto de tu tatuador, como de ti. Incluso el mejor de los tatuajes se puede ver arruinado si no lo cuidas de manera correcta.
El cuidado del tatuaje empieza antes de lo que tu crees
Elegir un artista adecuado para tu idea, cuya higiene sea la adecuada, es un primer paso obligatorio para asegurarnos un gran porcentaje de éxito en nuestro tatuaje. De nada sirve cuidarte el tatuaje si el proceso inicial fue incorrecto.
Por lo tanto, estate atento a esta pequeña lista de detalles para saber cómo cuidar un tatuaje:
- Asegurate que el área de trabajo esté cubierta y desinfectada.
- Por mas obvio que parezca, el uso de guantes por parte del tatuador es fundamental
- El cable de la máquina debe estar cubierto cubierto
- El uso de gel antibacterial es primordial
- Evita hacerte tatuajes al aire libre. Por lo general son los más insalubres y corres altas probabilidades de que se infecte tu tatuaje.
Siendo clientes, también tenemos nuestra cuota de responsabilidad en el asunto. Así que tengamos en cuenta lo siguiente:
- Antes de ir a tatuarte cuida tu propia higiene. Nunca está de más una ducha antes de ir al estudio.
- Trata de no consumir drogas ni alcohol, al menos 24 horas antes de asistir al turno con el artista elegido.
- Ir en ayunas es un riesgo innecesario. Intenta comer algo para evitar bajones de presión, y en lo posible ve bien descansado.
Hemos visto, entonces, los pasos los básicos, iniciales y previos al tatuaje en sí. Lo siguiente es proteger nuestro tatuaje de agentes externos, como gérmenes, bacterias y suciedad. Además, es necesario prestar muchísima atención a los cuidados que mas adelante detallaremos. Esto hará que la piel tatuada se regenere rápidamente permitiendo una perfecta cicatrización
Se entiende que cada persona tiene una piel distinta, por lo que no existe una regla fija que funcione 100% para todos, pero toma estos consejos como una buena guía de conducta para entender cómo cuidar un tatuaje.
Una vez tatuados…
Ahora sí. Ya le has prestado tu piel al artista, y te la ha devuelto con una fabulosa obra terminada. El tatuador va a limpiar y a desinfectar la zona tatuada. La piel estará roja y algo hinchada, así que seguramente te aplique una capa ligera de crema especial en la parte tatuada.
Inmediatamente después, el tatuador va a cubrir el tatuaje con un poco de plástico transparente para proteger la piel, o bien con un empapador. Sin ese plástico o film transparente, las bacterias podrían penetrar fácilmente a través de la herida en las horas posteriores a la realización del tatuaje, destruyendo toda posibilidad de una correcta cicatrización.
La protección plástica que te han puesto en el estudio debe quedarse contigo por un lapso mínimo de entre 2 y 4 horas.
Una vez que hayas regresado a tu casa, retira con cuidado la película protectora. El próximo paso es lavar bien el tatuaje con agua tibia o fría y un jabón suave. El objetivo del lavado es eliminar cualquier exceso de residuos de color. Usa solo las manos, limpiando y masajeando un poco la piel. Evita frotar con esponjas o paños porque podría dañar e infectar el tatuaje. El jabón debe ser hipoalergénico y lo más natural posible, para no alterar el PH de la piel.
Una vez que hayas lavado bien el tatuaje, tienes que secarlo con una servilleta de papel dando pequeños toquecitos. No frotes el tatuaje, ya que al igual que cuando lo lavas, puede causar irritación. Una vez que lo hayas secado, tendrás que dejar el tatuaje descubierto por un mínimo de 30 minutos. Esto permitirá que el tatuaje respire y que el exceso de humedad se evapore.
Tu tatuador te contará cuando es el mejor momento para comenzar a aplicar la crema; en algunos casos te recomendará comenzar a usarla desde el primer día de tu tatuaje, y en otros, no deberas hacerlo hasta pasados 4 días de la sesión. En cualquier caso, siempre deberas hacerlo cuando el tatuaje esté completamente seco y la piel empiece a sentirse tirante. Asegúrate de aplicar solo una capa fina de crema, que quede bien absorbida pero no haga que el tatuaje brille. Aplicar una capa muy pesada de pomada hará que el tatuaje se ahogue y fomentarás el crecimiento de bacterias.
Repite el proceso unas 2 veces por día, durante los primera semana posterior a haberte realizado el tatuaje. Mas adelante, cuando hayan pasado los primeros 15 días, podrás usar una crema hidratante más liviana para evitar que la zona se seque.
Cómo cuidar un tatuaje con el pasar de los días
Después de una semana (a veces más, a veces menos), ya entrada en la fase de curación, el tatuaje, se verá raro, descascarado, con algunos trozos de piel turbios y con costras en algunas zonas. Evita sacarlas bajo todo punto de vista. Rascarse la zona o retirar dichas costras tendrá como consecuencia directa, quitar el color y dañar el tatuaje. Recuerda que el frío puede ayudarte a deshacerte del deseo de rascarte. Poniendo una compresa fría sobre el tatuajea, aliviaremos el deseo de rascanos.
Mientras el tatuaje esté en proceso de cicatrización, es muy importante evitar sumergir la zona, usar saunas, o hasta incluso las duchas prolongadas. El exceso de humedad en esta etapa puede ser muy contraproducente.
Por último, evita al máximo la exposición al sol, que es el enemigo número uno del tatuaje, ya que acelera el envejecimiento y promueve la decoloración.
Es común que pasado el lapso de curación muchas personas dejen de cuidar el tattoo y si bien después de las 4 semanas es imposible que la zona se infecte, sí es posible que pierda color y se vea poco atractivo.
Por eso que debes de seguir cuidándolo, sin exponerlo al sol, o usando bloquerador en el caso de no poder evitarlo.