Es importante que conozcas los peligros de exponer los tatuajes al sol, ya que puede haber algunas contraindicaciones muy especialmente durante las primeras semanas desde su realización. Además de tener en cuenta estos riesgos, vamos a aprender a protegernos y a conocer cuánto tiempo debemos extremar las precauciones especialmente durante los meses de verano.
Por qué no debo exponer los tatuajes al sol
Cuando nos acabamos de hacer un tatuaje, de lo primero que tenemos que asegurarnos es que toda la zona cicatrice adecuadamente y se proteja de forma natural, pero además, hay que tener en cuenta que las tintas todavía se están adaptando a la piel, de la misma forma que la piel lo hace a las tintas.
Cuando exponemos el tatuaje al sol, lo que ocurre es que la tinta se empieza a oxidar, algo que en realidad pasa incluso cuando el tatuaje tiene varios años, pero precisamente en las primeras semanas, esta oxidación es más acentuada, por lo que es muy importante que te lo tomes con paciencia y te asegures de que tan sólo vas a exponer el tatuaje al sol cuando los riesgos disminuyan.
Si haces caso omiso de esta recomendación, es muy posible que el aspecto de tu tatuaje se estropee con tan sólo tomar el sol unas pocas veces, mostrando una apariencia empobrecida y que tirará por tierra todo el trabajo y el esfuerzo.
Cuánto tengo que esperar desde que se realiza el tatuaje
Es muy importante respetar al menos el plazo de dos semanas inicial desde que se realiza el tatuaje, ya que durante este tiempo estará especialmente delicado, y cualquier agresión externa le puede afectar muy negativamente.
En cualquier caso, nunca comenzaremos la exposición hasta que no haya cicatrizado por completo, pero recuerda que muchas veces es posible que parezca que la cicatrización ya ha finalizado, cuando en realidad todavía le falta un cierto tiempo.
Por esa razón, nunca daremos menos de dos semanas, y a ser posible esperaremos un mínimo de tres semanas.
Cabe destacar que esto es especialmente importante durante los meses de verano, ya que la radiación aumenta y, por lo tanto, el efecto sobre el tatuaje será mucho mayor.
No obstante, no debemos confiarnos en los meses de frío, ya que es habitual que algunos tatuajes se echen a perder porque tenemos la sensación de que apenas hay sol y, por tanto, no debe haber mucha radiación, por lo que nos confiamos más de la cuenta y esto es la perdición, y es que la presencia de sol y la radiación no son directamente proporcionales, por lo que en un día nublado puede haber una radiación más elevada de lo que podamos imaginar.
La crema solar, imprescindible para una buena protección
Una vez que haya transcurrido al menos dos semanas y a ser posible tres semanas, vamos a poder empezar a exponer el tatuaje pero con mucha precaución.
Esto no quiere decir que en el momento en el que haya pasado el tiempo, ya podemos tomar el sol con total libertad, ya que el tatuaje todavía está en sus primeras fases y la oxidación, aunque no es tan rápida como en los días previos, sigue siéndolo más que dentro de unos meses.
Por esa razón, es mejor que cubras la zona tatuada lo mejor posible y evites exponer los tatuajes al sol, además de que en todo caso utilizarás crema solar con una buena protección.
No escatimes y compra una crema solar de buena calidad y con un factor de protección elevado, ya que vas a tener mucho tiempo para poner tu piel morena, pero si te intentas adelantar, al final el tatuaje no va a quedar todo lo bonito que debería.